#2florsx1C
I
El
pasado sábado día dos, presentamos en Castellfabib el proyecto Dués flors
per a un cavallet en el marco del III
Trobada per la terra que organiza
la Plataforma Soberanía Alimentaria
al país Valencià.
Para
explicar brevemente la propuesta, qué mejor que las palabras de Laura Santacruz
que forma parte, junto con Lluisa Cifre, del equipo de difusión y asesoría
lingüística del proyecto.
“Susana Rey, és una realitzadora gallega que aviat presentarà un
‘Verkami’ per a muntar un llargmetratge documental sobre bioarquitectura, basat
en el treball dut a terme a Sagunt per l'Assemblea d'Aturats de Paterna. És un treball bell i compromés; de qualitat, arrelat
al territori i que explora les possibilitats de la construcció
sostenible. I molt suggeridor des del punt de vista artistic”.
El “verkami”
para conseguir la financiación necesaria, lo lanzaremos desde Ca Revolta que
apoya y difunde este proyecto, y de ahí a todas las plataformas y
asociaciones en red y a todos los que queráis sumaros a la iniciativa.
Iremos dando
noticias en la medida en la que vayan surgiendo.
II
Castellfabib, que da los últimos coletazos al Racó d’Ademús y huele a manzanas, a cereales, a peras y a Peres, -Pere el Cerimoniós y Pere el Cruel, que libraron la primera guerra civil castellano-aragonesa bajo el inofensivo nombre de La Guerra dels dos Peres-, es uno de esos lugares en rebeldía que se salta la línea natural de la frontera y se codea, nada menos que con los amores y los odios de tres reinos a la vez.
Y no es la letra de un bolero…
Nos recibió el calor del albergue, Juan y Pablo que organizaban con
alegría, y una gente muy fresca y llena de iniciativas.
Empezamos algo escorados porque nos habíamos colado en la programación
de última hora, retrasando un poco la proyección de la película La voz del viento
de Carlos Pons. Os la recomendamos fehacientemente, y agradecemos al director
habernos cedido unos minutos de su tiempo.
Enseguida
sentí que la propuesta conectaba muy bien y en la cena se acercaba gente a
interesarse y desearnos suerte.
Volvimos
cargadas de queso de la comarca, de mermelada de poma y de ilusiones
realimentadas con aceite del bueno y verduras verdaderas.
De vuelta a
casa, hicimos una parada en Arroyo Cerezo y
mira por donde!, un caballito de fusta se dibujaba sobre la nieve que ocultaba
las flores,.. para confirmarnos que todo iba a salir requetebien!